Broly 2.0.
Antes que nada y para evitar confusiones olviden las películas previas de Dragon Ball a excepción de La Batalla de los dioses en adelante que siguen el canon de la serie.
Dicho esto, puedo ahondarme en la estrella del filme, ni Goku ni Vegeta, sino su villano: Broly.
Si bien el personaje hizo su debut previamente en 1993 con la película El poder invencible, el hecho de haber sido un villano con pocas palabras y un poder abrumador le fue suficiente para ganar popularidad en todo el mundo. Con dos secuelas olvidables y un especial emitido exclusivamente en Japón, además de numerosas apariciones en videojuegos, el villano resultó de sumo interés para que Toriyama hiciera sus arreglos.
Con un rediseño visual que apenas varía del original, este nuevo Broly me gustó por el hecho que tuvo una mayor profundidad y de paso Toriyama también introdujo el concepto del origen de los Saiyan.
Los primeros minutos exploraron, por primera vez en la historia del animé, la vida en el Planeta Vegeta antes del nacimiento de Goku, incluyendo a su padre Barduck (otro de los grandes personajes aclamados por el público) y Gine, la madre que tuvo un debut reciente en el manga. Pasando por la destrucción del planeta en cuestión. Ok, sí, sabemos que el origen es muy Superman, pero a estas alturas no hay nada que objetar.
La acción luego se traslada al presente donde el nudo inicial es la desaparición de las esferas del dragón en manos de Freezer, quien no estará solo.
No voy a contarles la película, pero si repasar y alabar el desarrollo de Broly porque si Toei fue el borrador del personaje, Toriyama lo pasó en limpio. Darle humanidad a una bestia sin control y de una fuerza descomunal eclipsó por completo a los protagonistas y el resto de los conflictos.
Las secuencias de lucha me parecieron brillantes, pese a ese 3D en algunas secuencias que no me terminaron de convencer.
Como objeción agrego también que siempre todo recae en Goku y Vegeta. Me hubiese gustado ver al resto de los personajes, pero entiendo que la historia hubiese estado sobrecargada.
Más allá del “villano”, lo que me viene gustando de la película es que como pasó con La Batalla de los Dioses el malo no es tan malo y sumando La resurrección de Freezer de alguna forma el patrón de las transformaciones continúa vigente.
Dragon Ball Super: Broly es una película para disfrutar sin prejuicios y recuerden que como siempre a veces Toriyama se contradice o no tiene reparos en alterar aspectos.