El mito se hizo realidad
En una época marcada por lo vintage, donde lo pasado vuelve a tomar relevancia llegando a los primeros planos, Dragon Ball no podía dejar pasar la oportunidad y lanzó en 2013 Dragon Ball Z: La Batalla de los dioses, una nueva película que continuaba con la historia que había terminado tras Dragon Ball Z -sacando del canon oficial a GT-. Tras la buena recepción de la vuelta de Dragon Ball a las pantallas, se dio rienda suelta a una serie de televisión que corrió la misma suerte y así llegó Dragon Ball Z: la resurrección de Freezer (2015) la segunda película que siguió la corriente del nuevo DB pero sin proponer algo nuevo, tanto en la animación como su historia. Con pasos cortos y medidos, Dragon Ball volvió a instalarse en la lista de los viejos fans como los de las nuevas generaciones, pero sin dejarse llevar en contar algo más de su historia o jugarse con otro estilo de animación. Finalmente, con Dragon Ball Super: Broly (2019) esa deuda parece estar saldada.
Sin embargo, el personaje y villano principal de la película no es alguien nuevo dentro de lo que es la serie: fuera del canon oficial y en formato de OVA, TOEI presentó a Broly en tres películas en los años ’90 (Dragon Ball Z II: Broly, el legendario Super Saiyajin (1993), El Regreso del Guerrero Legendario (1994) y El combate final (1994)junto a su historia como a la de su padre, Paragus. Así mismo, una primera adaptación en la última serie Dragon Ball Super llegó con Kale, la versión femenina de Broly que existe en el universo 6.
Sin confirmación oficial para una continuación televisa, Dragon Ball Super: Broly se presentó con una animación renovada en torno a lo que se conoce en relación a la serie y las películas mientras enriqueció el mito de los personajes de Dragon Ball. El foco se puso en cuestiones de las que el público no tenía conocimiento certero, como fue la sociedad Saiyajin, el planeta Vegetta, la niñez de Vegeta como la historia detrás de su padre y su relación con Paragus. A su vez, se profundiza sobre la leyenda del Saiyan legendario y nos presenta al padre de Goku, Bardock (quien tuvo su OVA fuera del kanon) y a su madre Gine, en su primera participación en el animé. Desde el vamos, no menos que ambicioso fue el panorama que planteó DBS: Broly terminando de producir una de las mejores películas de la franquicia.
Desde su guión, la película nos retrotrae a los primeros momentos de Freezer como también a los últimos del planeta Vegetta, abriéndo juego por la lucha de poder, ego y resentimiento que existía entre los protagonistas. Más allá de que los primeros actos no son los más entretenidos relacionados a la acción, expone y comienza a moldear a Broly para entender su comportamiento. La readaptación del personaje terminó por ser mucho más reflexiva, interna y cercana a estos tiempos, marcado por el abuso y la falta de afecto. A pesar de demorarse en desarrollar estos tópicos, la película se prepara para el gran combate, tal vez el más impactante que vimos hasta ahora de toda la saga.
En este punto, Toei Animation pateó el tablero desde una animación dinámica, intensa y renovada desde su dirección en escenas de peleas y coreografías de combate. Después de 20 años, innovar con un producto tan claro y eficaz se torna muy problemático y difícil, algo que en Broly es lo más disfrutable de toda la película. Dragon Ball Super: Broly es una experiencia abrumadora para percibir las peleas y combates de los personajes. También es relevante comentar como la animación se nutrió e influenció de los últimos videojuegos de la franquicia, cada vez más cercanos a la esencia y las sensaciones de la serie. Sí, Dragon Ball Super: Broly tiene errores en su intensidad a lo largo de toda la película, en el guion y hasta en su insustancial resolución final, pero no quita ni desmerece el paso adelante que es el film en todo su entorno.
Bajo el guión de Akira Toriyama, Dragon Ball Super: Broly (2019) llegó para traer aire fresco a la franquicia que pedía una renovación del 2013 a esta parte, demostrando que todavía hay mucho para conocer y descubrir de todo el universo de Dragon Ball sin caer en interpretaciones simples y mediocres.