Es verdaderamente admirable la inventiva del maestro mangaka Akira Toriyama, el creador de Dragon Ball, una de las máximas obras maestras del manga mundial que Toei Animation puso en pantalla para insuflarle locuacidad visual al siempre expansivo y complejo universo del animé, y para deleitar al público fanático de los guerreros saiyajin capitaneados por Son Gokū.
En Dragon Ball Super: Super Hero, la esperada nueva entrega de la saga “Super”, Akira Toriyama vuelve a encargarse del guion con una historia de alto impacto que abre caminos por seguir y alguna que otra polémica. Mientras que en la dirección debuta Tetsuro Kodama, quien entiende el concepto de la serie y brinda un espectáculo con mucha potencia visual.
Dragon Ball Super: Super Hero introduce un personaje decisivo: el superdotado Dr. Hedo, nieto de Dr. Gero, a quien Magenta, el presidente de Farmacéutica Roja (nombre público del Ejército de la Red Ribbon o Patrulla Roja), contrata para que cree unos androides gemelos superpoderosos (Gamma 1 y Gamma 2), a los que quieren usar para vencer a Gohan y a Piccolo.
Con el personaje de Dr. Hedo se quiere demostrar que el nieto es más inteligente y mejor persona que el abuelo. Ya se sabe, Gokū destruyó en el pasado a la Patrulla Roja, y ahora Magenta quiere recuperar el poder perdido a toda costa. Para ello, tiene en sus planes más secretos la creación del enorme Cell Max.
A todo esto, Piccolo se encarga de entrenar a Pan, la hija de Gohan, quien es apenas una niña. Mientras tanto, Gohan (recuerden que es el primer hijo de Gokū y su esposa Chi-Chi) está sumido en sus investigaciones de hormigas, sin darles importancia a su entrenamiento y a su familia. Piccolo se lo reclama, pero Gohan hace oídos sordos.
Cuando Dr. Hedo tiene listos los androides, manda a uno de ellos para que elimine a Piccolo, lo cual se convierte en la primera gran pelea de la película, que va a ir subiendo el nivel de los enfrentamientos en cuanto al diseño de imagen. En cada pelea siguiente, los efectos especiales se lucen y las escenas de acción despliegan todo su dinamismo.
El fuerte de Dragon Ball Super: Super Hero está en las peleas, porque es allí donde se ve cómo los personajes van sacando su poder de donde no lo tienen. Esa es la filosofía de las Dragon Ball, la capacidad que tienen los personajes para sacar poder de lo más profundo de ellos mismos, filosofía que a los japonenses les sirvió, entre otras cosas, para convertirse en una potencia mundial.
La otra cuestión de fondo tiene que ver con el hecho de que los hijos, necesariamente, tienen que superar a los padres. La prueba está en Pan, pero también en Gohan, quien cuando se encuentra en su peor momento, saca una fuerza y un poder inauditos, superando incluso a su padre Gokū.
Lo que queda claro con esto es que Gohan estaba haciendo las cosas mal solo en apariencia, ya que, en realidad, estaba entrenando duro sin que nadie lo supiera. Y este es otro tema en el que se hace hincapié: la importancia del entrenamiento constante.
Dragon Ball Super: Super Hero pone la vara muy alta y brinda un espectáculo contundente, que es mucho más que un producto específico para fanáticos nerds. Cuesta entrar al mundo de Gohan y sus compañeros extraterrestres, pero una vez que se entra, no se puede salir.