Me considero un ex fan de Dragonball y sé que hay muchos así de la generación que creció en los 90s. Pero también es una realidad que muchos siguieron con su fanatismo y, obviamente, se sumaron muchos nuevos en el camino.
Es el anime más exitoso en la historia de Latinoamérica y que ahora está pegando como nunca en Estados Unidos. Teniendo en cuenta eso, el film requiere que uno sepa (o recuerde) ciertos hitos y personajes tanto de Dragon Ball como Dragon Ball Z.
En mi caso particular, que me encuentro en el primer grupo señalado, me quedé fuera de unas cuantas referencias y chistes. Lo noté por las risas y comentarios en la sala, de los cuales no pude participar. Otra cosa que noté fue la tremenda influencia de los videojuegos de la franquicia en esta oportunidad. Tanto en imagen como en movimiento. Las visuales son muy buenas y en sintonía con las grandes producciones del anime actual. Lejos de la factura técnica de las series originales.
¿La historia? Me entretuvo y fue lo que esperaba. Sabiendo que Goku no iba a ser el protagonista en esta oportunidad sino Gohan (personaje favorito de muchos). En definitiva, Dragon Ball Super: Super heroe es una película sola apta para fans de la saga.