Una película que deja la sensación de estar incompleta, por su duración, por el desaprovecho de los personajes, por el final y por el villano. Es una cinta dirigida a la nostalgia, a volver a ver a los personajes de la infancia en pantalla grande, con una historia nueva y con algunos polémicos cambios (el modo Dios de Goku). Entretiene y se las arregla para encajar muy bien en la linea temporal de Dragon Ball y Dragon Ball Z. Se agradece la vuelta de Toriyama, pero este film no hace honor a los inolvidables capítulos originales.