Reviviendo el animé
Mucho se peleó para que llegara a la pantalla grande argentina este estreno basado en la icónica serie animada de Akira Toriyama, "Dragon Ball Z", y se logró. La verdad es que fue una muy buena iniciativa por parte de los fans, sobre todo para abrirle a los ojos a los distribuidores que estaban descreídos de este producto. Más allá de esto, creo que la película fue un tanto irregular, con mucha base en la comedia típica de la serie “Dragon Ball” y no tanto en la seriedad y las batallas de “Dragon Ball Z”. Por supuesto que los fanáticos más acérrimos estaban más contentos que nene con juguete nuevo, volvían a ver sus ídolos nuevamente en animación clásica de alta definición, el Kame Hame Ha de Gokú, un nuevo contrincante poderosísimo (Bills), las fusiones entre sayayines y otras cosas típicas de la serie, pero si nos ponemos un poco más críticos vamos a poder ver algunas falencias que le bajaron categoría a la historia. En primer lugar, la pelea se hace esperar demasiado, pero no con el suspenso y el drama de la serie Z, sino con agregados cómicos que funcionaban de a momentos. En mi opinión esto le sacó tensión a los momentos importantes, porque cuando llegaban, ya estábamos con la onda de animación cómica y hasta con un poco de tedio e impaciencia por la falta de batallas. La otra cuestión es la carga infantil que se le imprimió a la propuesta, nuevamente más cercana a Dragon Ball que a la serie Z. No quiero spoilear, pero hubo varias cuestiones que terminaban en situaciones amistosas cuando lo que queríamos ver era el despliegue de poder super sayayin. Creo que al director Masahido Hosoda se le fue la mano con el humor.
Para resaltar, la sola posibilidad de ver nuevamente con vida a nuestros héroes viviendo nuevas aventuras, alguna que otra sorpresa y una batalla final clásica con todo el power que caracterizó a la serie Z. La animación está muy bien lograda y el hecho de haber conseguido las voces originales del doblaje latino fue sencillamente genial.
Una peli que los fans más fieles festejarán más allá de sus evidentes debilidades, pero que seguramente no encontrará nuevos adeptos entre el público adulto que creció con el animé.