Es interesante esto de que se estrenen largos de animación japonesa industrial, incluso si no son brillantes (quizás esto desarrolle un público y podamos ver otros mejores). La saga Dragon Ball tiene una mitología un poco complicada, pero a este redactor le interesa su estilo gráfico: personajes a veces delicados en estilo Disney y momentos de violencia rudos, bocetados con furia. Este largo hace honor al estilo del creador Akira Toriyama, y eso es algo.