Ella es una sombra recortada en la ventana al amanecer, una voz que narra una historia. Porque mientras coge se le ocurren historias, aunque después las olvide y él se las tenga que recordar al día siguiente. Las palabras, el cuerpo, la memoria: de esos materiales está hecha Drive my Car, la obra maestra de Ryûsuke Hamaguchi.