Negocios riesgosos
"Hay cien mil calles en la ciudad de Los Angeles. Sólo dame cinco minutos" es la frase que dispara el conductor (Ryan Gosling), un joven que se desempeña como doble de riesgo en películas de acción.
Frío, de pocas palabras y con un escarbadientes en los labios, él aguarda detrás del volante mientras un grupo de ladrones comete un ílícito y huye con ellos. Como una suerte de "transportador", este hombre no usa armas y sólo espera cinco minutos en cada operación. Shannon (Bryan Cranston) es su mentor y el hombre que consigue sus "trabajos sucios", pero las cosas se complican más de lo debido cuando aparece en escena Irene (Carey Mulligan), una joven separada (su marido sale de la cárcel) y su pequeño hijo.
Driver es una película que mantiene el interés hasta el engañoso desenlace pero no acumula grandes dosis de acción, propias de este tipo de realizaciones. Todo lo contrario, sólo hay estallidos de violencia y una calma que parece dominar el accionar del protagonista.
Inmerso en un negocio riesgoso que lo deja a merced de un grupo de forajidos (Ron Perlman) y con una maletín lleno de dinero, el personaje central será perseguido sin descanso. Entre corridas automovilísticas, una atmnósfera opresiva que se transmite hasta los minutos finales y una envolvente utilización de la música de Cliff Martínez, la película pone primera y gira el volante a tiempo para entregar un correcto thriller que se mueve entre la ambición y charcos de sangre.