Drive es una buena película que se disfruta mucho más si no te dejás llevar por el cotillón de los elogios exagerados.
Están pasando cosas raras en los medios últimamente donde la ponderación en la reseña cinematográfica está a la orden del día y no hace otra cosa que vender humo.
Por ejemplo, sucede con esta producción que ya fue catalogada como una de las mejores películas de acción de las últimas décadas.
Bueno, en lo personal creo que eso tiene sentido si no vistes muchas películas de acción en los últimos diez años. Tampoco hay que exagerar.
En la actualidad creo que las mejores obras de este género vienen del continente asiático. Muy especialmente de Corea del Sur donde hace rato está pisando fuerte una nueva camada de realizadores que elevaron los contenidos de los filmes de acción.
Una muy interesante movida cinematográfica que no se daba en este género desde los años ´70 cuando aparecieron en Australia directores como George Miller (Mad Max) y Brian Trenchar Smith (The Man from Hong Kong).
No hay que olvidarse tampoco de Tailandia que también viene sorprendiendo desde hace tiempo con las obras de A. Venkatesh (Chocolate) y Prachya Pinkaew(Ong-Bak) que hicieron tremendos peliculones y pudieron verse en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires.
Hago esta aclaración porque parecería que con Drive muchos medios descubrieron la pólvora y no es tan así.
Reitero, esta propuesta dentro de todo es una película decente. Ahora si la tengo que comparar con la joya coreana The Man from Nowhere (si no la viste buscala en dvd) de Jeong Beon Lee (The Good, The Bad, The Weird), la verdad que es un film de medio pelo.
De movida, la trama es un refrito del clásico de Walter Hill de 1978, The Driver, que brindó una de las mejores persecuciones automovilística en la historia del cine.
El personaje que interpreta Ryan Gosling en este estreno prácticamente es igual al que hizo Ryan O´Neal en su momento.
El protagonista es un misterioso antihéroe solitario que apenas habla durante el transcurso de la trama y se ve envuelto en problemas con unos mafiosos.
Drive es un film con buenas intenciones que trata de evocar el tipo de relatos que eran cotidianos en los años ´70 en el cine norteamericano.
Sin embargo, la estética del film remite al cine de los años ´80 apoyada por una banda de sonido que recopila melodías pop con muchos sintetizadores que tranquilamente podrían haber sonado en un capítulo de División Miami.
El director danés Nicolas Refn se toma su tiempo para presentar a los personajes e incrementar la tensión pero cuando el conflicto estalla las cosas se ponen intensas y algo sangrientas.
Desde la realización hay algunas escenas de acción muy bien hechas con persecuciones de autos que tienen tensión y son un placer de ver en la pantalla.
El inicio es excelente pero luego la trama decae un poco por la naturaleza de los personajes y sus conflictos que son algo aburridos.
Lamentablemente el director no pudo evitar caer en la actitud tilinga de creer que una narración lenta con muchos silencios y un par de escenas sangrientas hacen a un film de acción más artístico y profundo.
Es difícil conseguir eso cuando contás una historia tan trillada como esta que se hizo un montón de veces en los últimos 40 años.
Por eso creo que no hay que irse de mambo con los elogios. Es una película que se deja ver y podés disfrutar pero tampoco es para tanto.
Carrera de la muerte año 2000 (1975), producida por Roger Corman, es un film con mucho más contenido que Drive y en su momento la mataron los mismos que hoy ponderan a este estreno como la gran revolución del género.
Si pasás por el video club y te fijás lo que están haciendo en otras partes del mundo con el cine de acción va a ver que no es tan así.