Ryan Gosling se está convirtiendo al igual que Sean Penn en el actor habitué de Cannes, el año pasado presentando Blue Valentine y ahora con Drive, un film de acción retro que bien podría vincularse al cine de Walter Hill de los 70’s y 80’s, con abruptas escenas que salpican sangre como en las carnales de Cronenberg y apelando a los mejores films de persecusiones automovilísticas tras atracos bancarios. Vienen a mi mente ejemplos como Point Blank de John Boorman, su remake Payback, Asalto al Camión Blindado de Bruce Beresford o uno de los mejores films que vi en mi vida: The Stuntman de Richard Rush...