Dry Martina

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

El afecto de otros. Ese alimento emocional que puede adquirir un afán tan grande como para hacernos perder el norte. Ese deseo de conexión es el corazón temático de Dry Martina, una propuesta que se concentra en esta búsqueda a ambos lados del mostrador: el físico y el emocional.

Agitada, no revuelta

Martina es una cantante con una razonable cantidad de éxitos, pero que no es lo que se dice feliz: vive a la sombra de una madre fallecida más famosa que ella, tiene un padre en estado de coma, y sexualmente hablando vive insatisfecha. En una de sus performances es abarcada por una joven chilena que dice ser su hermana. Inicialmente desestima este reclamo, solo para empezar un tórrido affaire sexual con el ex-novio de esta última. Cuando este vuelve a Chile, Martina decide ir detrás de él, solo que una vez allí encontrará una conexión más importante que la sexual.

El sexo está en todas partes en esta película: en el texto, el subtexto, el cuerpo y la acción. Un exceso que parecerá morboso y de un exceso hasta humorístico, pero que es fundamental para apreciar el arco de cambio que experimenta la protagonista. Ella entiende al sexo como única expresión de amor, a tal extremo que ama al órgano genital no tanto a la persona, y encuentra en esta familia chilena no solo la conexión que tanto añora: el amor va más allá de lo físico, por clichado que pueda sonar.

Presten atención a la tan graciosa como tierna escena que la protagonista tiene con un portero chileno, cuando le pregunta si necesita algo y ella responde: una pij*. La idea de la película nunca la van a tener más clara que ahí.

Meritorio trabajo de Antonella Costa. Una entrega lanzada y desprejuiciada desde la primera escena hasta la última. Este personaje necesitaba de una intérprete que dejara los pudores en la puerta. Hablamos de una enorme valentía que Costa despliega en cada instancia en que la cámara se posa sobre ella. Una valentía que no es la primera vez que le vemos.

El resto del reparto (en particular Patricio Contreras) ofrecen dignos acompañamientos y el costado técnico se muestra sobrio, a la altura del desafío en cuanto a fotografía y montaje. No obstante, hay que reconocer que sabe sacarle provecho a la lumínica visión panorámica que se tiene de la ciudad de Santiago de Chile.

Conclusión

Dry Martina es una historia sobre la búsqueda de los afectos y las conexiones humanas que los hacen posibles. Un guion prolijo, sumando a una labor interpretativa destacable de su protagonista, es lo que hacen a esta película una narración más que disfrutable.