Esta road-movie va mostrando los conflictos que sufre una mujer que pasó los 30 años y se encuentra atravesando una crisis emocional.El personaje en cuestión es una cantante que huye del escenario en plena función (la actriz ítalo argentina Antonella Costa, “Fermín”), es una diva pop con algunos hit y tiene algunos seguidores.
Vive una serie de situaciones incomodas, su padre está en coma hace un año, ella lo visita y le habla y se niega a dejarlo morir, vive en un departamento con una gata en celo, cuando intenta castrarla esta se escapa, ella tiene problemas sexuales, se siente muy sola, vacía, pero su vida tiene un giro cuando aparece una joven chilena que asegura ser su media hermana Francisca y César (Pedro Campos) el ex novio de Francisca, no tarda en enredarse sexualmente con Martina.
Martina es aventurera, es frontal y avanza con lo que quiere, a su vez es frágil, el viaje que realiza le da cierta esperanza de encontrar una familia, un mundo nuevo, está sedienta de amor de las personas, porque lo dice desde título de la película, dry es seco y Martina es un trago que estuvo de moda. Se van utilizando buenos planos, sumadosa la muy buena interpretación de Antonella Costa, en un film prolijo, audaz y provocador. Contiene algunas metáforas y resulta ser una comedia negra.