Nueva versión del clásico animado de 1941, "Dumbo", dirigida por Tim Burton, es una propuesta simpática, cálida y agradable, que no logra destacarse en ninguno de sus rubros. Hace ya unas cuantas temporadas que Disney emprendió el camino de adaptar en versión live action (acción real, películas con personajes humanos en contraposición a los animados) sus más grandes clásicos de la animación.
Este mismo año, presentarán tres (le siguen Aladdin y El rey león), una para cada período fuerte en la taquilla. Hasta ahora, con la excepción de Mi amigo el dragón, la norma parecía ser hacer una transcripción casi literal de la película original, con algún agregado decorativo, alguna canción nueva, pero siempre manteniendo la historia a rajatabla, y el mismo espíritu (alguno podrá decir que la Bella de Emma Watson es algo más feminista, o menos materialista, que la de 1991). Sin embargo, la adaptación de Dumbo, ya se presentía que sería otro cantar.
En primer lugar, se adapta una de las películas más cortas de la factoría (apenas una hora y cuatro minutos), y se la llevó a casi el doble (hora y cincuenta y dos). Salvo que fuese toda ralentizada, tenía que tener muchos agregados.
Segundo, se contrató a un director que sabe poner siempre su impronta junto a su firma como lo es Tim Burton. Tercero, y lo más llamativo, cuando empezamos a conocer los personajes en esas campañas publicitarias interminables que suele hacer Disney, percibimos demasiados humanos para una original en el que abundaban los animales (parlantes) y escaseaban las personas.
La respuesta es simple, esta nueva Dumbo intenta mantener el espíritu de aquella, realizando varios cambios con muchos paralelismos. Digamos que muchos ahora humanos, tienen su correlativo en animales en el film anterior ¿Cómo resulta ese experimento? Veamos. La historia que se cuenta es la de un circo que atraviesa una época de crisis y pocos brillos.
Todo comienza cuando Holt (Colin Farrell) regresa de la guerra con un brazo amputado. Sus hijos Milly y Joe (Nico Parker y Finley Hobbins) lo reciben, pero el lugar que los acogía, el circo de Max Medici (Danny DeVito) ya no tiene el lugar para Holt, no sólo por su amputación, sino porque las atracciones escasean.
La última esperanza de resurgir se encuentra en una elefante embarazada que adquiere Medici. Cuando de a luz a su criatura, nacerá un pequeño elefante con orejas enormes, al que apodarán Dumbo por considerarlo un tontín (dumb en inglés es tonto). Holt será el encargado de cuidarlo.
Las orejas gigantes le otorgan aerodinámia a Dumbo, y le permiten volar (como el hábito de La novicia voladora), aunque este es tan temeroso que le harán creer que necesita de una pluma para poder hacerlo. Pronto Dumbo se convierte en un éxito; y es ahí cuando aparece V. A. Vandevere (Michael Keaton), un empresario que pretende montar un gran show con Dumbo a la cabeza, y el agregado de la trapecista Colette Marchant (Eva Green). Las cosas se complicarán cuando Vandevere comience a mostrar su verdadero rostro inescrupuloso.
Sí, probablemente todos estos nombres les sean ajenos a los fans de la película que el propio Walt Disney consideraba su favorita. En realidad, "Dumbo" nace de un cuento creado por Helen Aberson y Harold Pearl, pero ninguna de las dos películas es demasiado fiel a aquel. En esta versión 2019, si bien el elefantito es el que lógicamente se robará todas las miradas (después de todo pagamos para verlo a él), los motores de la historia terminan siendo los humanos.
"Dumbo" es el objeto de disputa. Viviremos el esperado romance entre Holt y Colette, nos aventuraremos con Milly y Joe, reiremos con Max, y también con alguna villanería de Vandevere y sus secuaces. Es algo similar a lo que ocurrió hace más de dos décadas atrás con "101 Dalmatas".
En aquella ocasión, la adaptación live action le otorgaba mayor protagonismo a Jeff Daniels, y sobre todo a Glenn Close, por sobre los dálmatas que sí eran los protagonistas absolutos de la versión animada. Pero allí, si bien la historia cambiaba el foco en que se contaba, seguía siendo la misma. En esta ocasión también presenta variados cambios que será mejor que los vayan descubriendo mientras vean la película.
Hay un intento por parte de Burton y su equipo de trazar paralelismos. Algo que ya sabíamos gracias a los trailers, la clásica escena de la danza de elefantes, ahora son elefantes hechos con burbujas de jabón; el clásico leit motiv ”Baby Mine” ahora lo canta el personaje de Eva Green ¿Es lo mismo? No.
"Dumbo 2019" no es un mal film, simplemente no transmite lo mismo que el original. Aquella había sido estrenada justo antes de la Segunda Guerra Mundial, y se convirtió en un exitazo por el espíritu esperanzador que brindó durante esa década. Hay algo emotivo por el que Dumbo siempre será recordada.
Luego de la muerte de la mamá de Bambi, y la muerte de Mufasa en El rey León, Dumbo debe tener el golpe bajo mejor aceptado y querible del mundo de la animación. Esta nueva versión no llega a ese nivel, se la ve permanentemente con una media sonrisa de agrado. Es simpática, cálida, tierna, y a Dumbo dan ganas de abrazarlo; pero no alcanza un grado genuino de emotividad, y no hablo sólo de hacernos llorar a mares.
Ahora hay mensajes sobre el proteccionismo de animales, anti bullyng, y a favor de la inclusión y la diversidad. Pero sigue sin alcanzar el mismo nivel.
El clásico tono sombrío y retorcido de Burton es remplazado aquí por algo estándar, impersonal, que se hace notar por una paleta de clores en contraste, entre tonos apagados (rojos), fuertes (azules), y blancos brillantes; los colores de la bandera, en un obvio mensaje patriótico de lectura actual sobre el resurgir en épocas de crisis. Pareciera que para esta "Dumbo" tuvieron más en cuenta al hit de 2017/2018, "El gran showman" que al film original.
Hay mucho del espíritu circense de aquel, con show de fenómenos (mujer barbuda a la cabeza) incluido. En estética, montaje, y uso de ralentizaciones para los cuadros acrobáticos simulando danzas, también hay algo calcado del film con Hugh Jackman. En las actuaciones, DeVito y Keaton son quienes más espacio tienen para lucirse gracias al histrionismo de sus personajes.
ambos son graciosos, y se agradece que hayan puesto a actores talentos a encarnarlos. El resto, cumplen, ninguno desentona, aunque difícilmente sean recordados dentro de sus mejores papeles.
Los animales, que no los hay muchos por fuera de Dumbo y el mono de Medici, no hablan, y es quizás lo que más se extraña. Dumbo de Tim Burton es un producto aceptable, hayan o no visto la original. No hay mucho que criticarle, y hasta su metraje extenso es bastante llevadero. Pero el film de 1941, a 78 años sigue siendo recordado como un clásico indiscutido; a esta nueva propuesta difícil que le de el envión para alcanzar ese vuelo.