ero.
Villeuneve nunca termina de contar por qué es tan importante el conflicto entre las casas reales de Atreides y Harkonnen ni consigue generar empatía y mucho menos interés por el protagonista, Paul Atreides.
Un muchacho que encima carga con el estigma de arrastrar el infumable cliché de la profecía del Elegido. En general los personajes no son carismáticos y se nota un problema narrativo para generar situaciones de tensión o suspenso que nos permitan tener una mayor conexión con el cuento que se presenta. Al menos para el público que no está familiarizado con este mundo.
Probablemente los fans que ya conocen por donde va la trama la disfruten de otra manera. Pese a que el film dura dos horas y media no hay un gran desarrollo de los protagonistas (sobre todo de los villanos y su agenda) ni se construye un clímax sólido que despierte entusiasmo por conocer la continuación.
El reparto reúne artistas de primer nivel que prácticamente tienen presencias testimoniales y aunque todos ofrecen interpretaciones decentes ninguna figura se come la película.
Rebecca Ferguson y Charlotte Rampling sobresalen un poquito más en algunas escenas dramáticas, mientras que Javier Barden y Zendaya en breves participaciones generan interés por conocer más sobre sus personajes en una potencial continuación.
En lo referido a las temáticas del argumento, toda la profundidad filosófica y las referencias ecológicas sobre la que tanto había escuchado hablar la verdad que en este film brillan por su ausencia.
Tal vez ese contenido se guardó para más adelante pero en esta entrega claramente no tuvo prioridad en la narrativa.
La enorme frustración que deja Duna es que se trata de una obra incompleta que termina con un final abrupto con el fin de anunciar una continuación que no sabemos si llegaremos a ver.
Hasta ahora el estudio Waner no le dio luz verde a la siguiente película ni existe una fecha de estreno definida. Me parece que el gran problema de esta producción, más allá de su ritmo narrativo, radica en que Villeneuve no pudo filmar de manera simultánea las dos películas que comprenden este arco argumental, como lo hizo Adam Wingard con las últimas dos historias de Godzilla.
De este modo la concreción de la segunda parte dependerá del desempeño del film en la plataforma HBO Max y existe el riesgo de que nunca se haga, ya que el estudio tampoco parece demostrar demasiada fe en esta franquicia.
La pobre y tibia campaña de marketing y promoción que le destinaron se relaciona con esta cuestión. El tema es que después si el proyecto sale adelante habrá que esperar dos o tres años hasta que llegue a los cines y el interés, al menos para el público que no es fan de Herbert, se desinfla un poco.
Para la enorme ambición que presenta la película es raro que Warner y la productora Legendary manejaran el proyecto de esta manera. Ojalá Villeneuve pueda filmar el siguiente episodio ya que se nota que fue un proyecto personal al que le puso una enorme dedicación y este primer film funciona como una introducción a una saga que todavía no habría mostrado lo mejor de su contenido.