¿Qué hiciste tú en la guerra, papá?
El último filme del director Christopher Nolan es todo un prodigio, en todas y cada una de las variables que constituyen una producción cinematográfica. Empezando por el elemento inherente a lo cinematográfico, el montaje visual, hoy en día en conjunción con el sonoro, ambos de una calidad infrecuente, no sólo por el resultado sino por la idea de cómo contarnos. Continuando con la chispa inicial de toda película, un guión perfecto que desarrolla la/las historias de manera clara, contundente, sin fisuras, con muy pocos diálogos y plagado de discurso, constantemente dice, lo escuchamos, y lo vemos. Apoyándose en una maravillosa dirección de arte, el uso de los espacios es increible, tanto los amplios exteriores, como las escenas en los reducido espacios interiores, En todos estos momentos es donde reina la fotografía de Hoyte Van Hoytema, en su segunda colaboración con el director, la anterior fue “Interestelar” (2014), a lo que se suma la banda de sonido del galardonado Hans Zimmer.
La estructura parece convencional, pero no lo es, si lo parece es por el mencionado montaje. Se presenta como tres relatos unidos por los hechos reales, pero fragmentados en la elección de la forma.
La narración abre con la tensa espera en la playa por cientos de miles de hombres: “Una semana”; Continua con la llamada a los marinos civiles para que ayuden en la evacuación, crucen el Canal de La Mancha: “Un día”; Termina con la performance de la aviación inglesa con el único objetivo de salvaguardar lo máximo posible la vida de los soldados en la playa: “Una hora”.
Claro que todo se construye y se desarrolla alrededor de las actuaciones, hilvanando juventud con consagrados. Entre los primeros, y para tener en cuenta: Fionn Whitehead, Damien Bonnard, Aneurin Barnard, Barry Keoghan, Will Attenborough, este ultimo nieto de Richard Attenbourough, quien actuara en la primera versión de “Dunkerque”, de 1958. Entre los veteranos, grandes y consagrados Kenneth Branagh, Mark Rylance, Cillian Murphy, Michael Caine (solo con su voz), Tom Hardy, y me detengo aquí.
Nadie va a descubrir la pólvora si se empieza a enumerar las condiciones de actuación de cada uno de los nombrados, pero sí es a partir de “nobleza obliga” que aclaro que los recursos histriónicos que despliega Tom Hardy, personificando a uno de los pilotos aéreos, y solo con los ojos, no dejo de sorprender, y lo que es mas difícil posiblemente, emocionar, una perla sin precio y sin desperdicio dentro de la joya.
La realización narra los sucesos de la evacuación del ejército inglés y del francés de las playas francesas que dan nombre al filme, perseguidos por las tropas alemanas. La fecha mayo-junio 1940, que se conoció como operación “Dynamo”, que termino siendo una de las grandes victorias dentro de en una de las peores batalla perdida por los aliados. Un episodio de la Segunda Guerra Mundial casi olvidado y menos transitado por el cine bélico (EEUU todavía no participaba de la contienda de manera manifiesta, ¿Será una de las razones?).
Es claramente un homenaje a esos héroes anónimos a lo que nos hace referencia constante en el desarrollo de la historia, con sus virtudes y debilidades, y que en esas circunstancias no es dable hablar de defectos.
La producción que “a priori”, más allá de la tecnología aplicada y actualizada, no tendría nada para atrapar o seducir, demuestra tener todo para poder ser considerada como una obra maestra y, si me apura, siendo un filme de guerra, netamente antibelicista.