Cuando una película recibe un nombre de estreno ridículo, su secuela suele estar condenada al mismo papelón. Así que ahora llega la secuela de Duro de cuidar (The Hitman’s Bodyguard, 2017) llamada Duro de cuidar 2 (The Hitman’s Wife’s Bodyguard, 2021). El esquema de aumento de la apuesta típico de las secuelas se repite aquí. Sumar personajes para multiplicar los chistes y las escenas de acción.
Traumado y sin licencia, el guardaespaldas Michael Bryce (Ryan Reynolds) decide tomarse un sabático para abandonar la violencia y encontrar paz interior. Pero la esposa del asesino a sueldo Darius Kincaid (Samuel L. Jackson), Sonia (Salma Hayek) recurre a Michael para que juntos rescaten a Darius. Sonia resulta ser una asesina salvaje y desaforada, lo que abre un abanico de chistes que no por obvios dejan de ser graciosos.
La película arranca con fuerza, pero la energía no resiste hasta el final. Cuando empieza a dar vueltas el guión para sorprender, logra el efecto contrario. Nadie quiere un buen guión de intrigas, solo una buena comedia de acción. Los actores son graciosos y la comedia funciona. Cada minuto de seriedad, por el contrario, es una pérdida de tiempo. El resultado es desparejo y algo decepcionante, aunque las risas que consigue que no son pocas y son genuinas.