Hace rato que no se estrena una buena buddy movie y esta no es la excepción pese a sus dos grandes protagonistas.
Muy lejos quedó la saga Arma Mortal, y si bien hace poco vimos un peliculón como The nice guys (2016), no es algo que abunde.
Planteada como una comedia de acción, Duro de cuidar (pésimo título para este territorio) no llega a causar risas en las partes supuestamente cómicas ni a sorprender en las secuencias de explosiones, persecuciones y/o peleas.
El gran problema es la repetición. Ya vimos todo (y mejor) en otras películas.
El director Patrick Hughes, responsable de la última -y más floja- entrega de The Expendables, no logra un film conciso, con una mezcla de géneros medio desordenada.
La puesta en escena es buena pero inferior a una película de acción de primer nivel y eso resalta mucho.
Lo que salva al film es la excelente dupla compuesta por Ryan Reynolds y Samuel L. Jackson. Cada uno genial en lo individual y potenciados juntos.
El ida y vuelta entre ellos y el arco de transformación de personajes está muy bien desarrollado.
También se destacan los papeles secundarios: Salma Hayek en un rol bastante gracioso y Gary Oldman como un villano con todos los clichés.
Queda bien claro que lo mejor de la película es su elenco.
En definitiva, Duro de cuidar es un film entretenido pero no mucho más que eso.