La de las buddy movies es una fórmula que funciona hace décadas y la clave está en la química. Cuando se suma a la mezcla el elemento policial surge un proyecto como The Hitman’s Bodyguard, uno de esos tras los pasos de Lethal Weapon, 48 Hours o Kiss Kiss, Bang Bang, una comedia restringida de acción de aquellas que se hacen cada vez menos. Y para que todo ande sobre ruedas es clave la dupla que se elija, algo que se aprueba con creces al poner en el centro a Ryan Reynolds y Samuel L. Jackson, dos insultadores de primera con sus metralletas verbales bien afinadas, que a base de carisma ayudan a ignorar los elementos menos destacados.