A años luz de la cocina ultramoderna de Adriá se mueve este documental que trata de investigar las transformaciones de la cocina italiana en “las Américas” poniendo el eje en los Estados Unidos y en la Argentina, países en los que la inmigración italiana fue enorme. La película, rodada en estos dos países y en Italia, muestra las diferencias entre las comidas originales de “la Madre Patria” y la que se fue armando por inmigrantes, un tanto “bastarda” para los puristas aunque defendida por los locales como producto de la hibridación cultural.
La película deja a ambos bandos la palabra: desde los italianos que manejan asociaciones ligadas a defender la verdadera cocina italiana o la verdadera pizza napolitana a los que, en las Américas, no ven con malos ojos las nuevas formas que esa comida ha tomado a partir de las migraciones y combinaciones culturales. Habrá italianos horrorizados por el concepto norteamericano del “parmesano” o del “spaghetti con albóndigas” mientras que otros definirán la pizza argentina como “un bizcocho con queso de goma”. En paralelo, y en especial en fiestas populares y en restaurantes, pizzerías y bodegones tanto porteños como neoyorquinos se asumirá y disfrutará sin prejuicios esas mezclas que escandalizan a los italianos.
Un tanto desordenadamente pero siempre de manera muy fresca y graciosa, el documental sigue a decenas de especialistas, chefs, vendedores de productos italianos (reales o truchos), trabajadores de cocinas, vendedores callejeros y analistas culturales que ayudan a pensar estas alteraciones gastronómicas, las mismas que crearon ese delicioso aunque geográficamente aberrante producto llamado “milanesa napolitana”.