La histeria sin fin
Aquello que en la primera entrega era aceptable y en la segunda tolerable, aquí se hace insoportable. Un director sin el más mínimo sentido del ritmo cinematográfico, incapaz de dotar de cierta creatividad a las interminables y tediosas escenas cargadas de diálogos, demasiados, vacuos, y propios de la más berreta de las telenovelas. Una protagonista que agota con sus contados mohines y una languidez que exacerba el bucólico y desganado rol que le toca ¿componer?. Co-protagonistas que no le van en zaga y una sub-trama sin sustancia que al menos sirve para despertar al espectador que envejece viendo este bodrio con pretenciones románticas.
Bella sigue con su indefinición, y los dos pavotes, uno vampiro y otro hombre lobo, continúan peleando por ella. A esta altura, y con toda justicia, uno se pregunta que le vieron a esta insípida egoista, que ni siquiera está buena. Pero allá ellos, lo que nos importa es que estamos ante un filme aburrido, falto de sorpresa, con algunas de las peores actuaciones en lo que va del año y que empantana a una franquicia que merecía algo mejor, al menos por la expectativa que genera.
Resta todavía la definición de la historia, que será divida en dos para prolongar el negocio un poco más, hasta que aparezca algo nuevo. Es de esperar que entonces se acuerden del público y brinden un espectáculo decente.