30 DÍAS DE ECLIPSE
Las adolescentes sueltan descontrolados alaridos mientras se amontonan junto a la boletería para sacar sus entradas. Los novios son arrastrados obligadamente a las salas. Los críticos respiran hondo. Los Team Edward y Team Jacob preparan sus filas nuevamente. Los no seguidores y seguidoras de la franquicia le dan una oportunidad más al empalagoso amor eterno del seductor vampiro y su humana Bella, y marchan al cine con las expectativas por el suelo. Todos saben lo que significa: Nuevo año, nueva entrega de LA SAGA CREPÚSCULO. Pero algo es diferente. Nadie de ellos - o tal vez solo los cinéfilos - sabe que están a punto de ver un film dirigido por un director que, con tan solo dos películas, ya se dio el lujo de inmortalizar escenas en que una horda de chupasangres devora a todo un pueblo y una vengativa nena de 14 años se dedica a castrar literalmente a un pedófilo. Sí, algo es diferente. David Slade (30 DÍAS DE NOCHE, HARD CANDY: DULCE CARNADA) está presente.
Aunque LA SAGA CREPÚSCULO: ECLIPSE (2010) sigue teniendo diálogos y momentos demasiado cursis o melodramáticos, escenas innecesarias, personajes (los Volturi, Bree Tanner, Riley, la manada de hombres lobo) desaprovechados o que no aportan mucho a la trama, actuaciones muy flojas y otros desaciertos característicos de las dos entregas anteriores, esta tercera parte es sin duda la mejor de la franquicia hasta ahora. Más interesante, entretenida, violenta y oscura, el film narra como un ejército de hambrientos vampiros recién convertidos se dirige al pequeño pueblo de Forks guiados por la vengativa chupasangre Victoria (una poco creíble Bryce Dallas Howard en remplazo de Rachelle Lefevre). Para detenerlos, Edward (Robert Pattinson) y el resto de la familia Cullen deberán unir fuerzas con la raza de hombres lobo de Jacob (Taylor Lautner) y prepararse para un sangriento enfrentamiento durante el cual, Bella (Kristen Stewart), deberá tomar la decisión más difícil e importante de su vida.
Pero que esta nueva secuela anticipe un ejército, una alianza y una guerra, no quiere decir que habrá épicas escenas al estilo EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: EL RETORNO DEL REY (2003) o TROYA (2004). Después de todo, sigue siendo un film basado en la pomposa creación de Stephenie Meyer y la tercera entrega de la saga iniciada por ese festival de hormonas y cursilerías conocido como TWILGHT (2008). Es decir, sigue habiendo momentos que desbordan romanticismo y escenas de acción demasiado cortas, pero por suerte, la incorporación del nuevo director David Slade le da frescura a la saga al saber apreciar como no se hizo antes el tener vampiros y hombres lobo en una misma película, e introducir varios elementos que la platea masculina agradecerá. Hay sangre (aunque no la suficiente), desmembramientos, persecuciones por el bosque y combates mejor filmados, varias muertes y una guerra final lamentablemente corta. LA SAGA CREPÚSCULO: ECLIPSE también acierta con irónicos momentos en que se burla de sí misma (“¿Qué no tiene una remera?” dice Edward refiriéndose a Jacob, haciendo valer el precio de la entrada), inesperadas escenas de humor (como “La charla” entre Bella y su padre Charlie) y una notable evolución en la calidad actoral del elenco. Aunque la química aún no se hace presente, Pattinson y Stewart logran sobrellevar sus escenas. Él demuestra que no es solo una cara bonita, mientras que ella dejó de refugiarse en sus insufribles tics para hacerle frente al drama y a la comedia, componiendo un personaje que, para sorpresa de muchos, no harta (¡!). Por su parte, Lautner sigue siendo puro músculo y nada de talento, costándole trabajo ponerse a la altura de su co-estelares. El resto de las actuaciones, a excepción del desastroso Jackson “Jasper” Rathbone y de la nuevamente desaprovechada Dakota “Jane” Fanning, hacen bien su trabajo sin opacar al trió protagonista.
Con Pattinson, Stewart y Lautner actuando ya en serio - al menos los dos primeros -, la saga al fin aprovecha explotar al máximo y plantear de manera correcta el triangulo amoroso que tanto prometía LUNA NUEVA, dando como resultado varias escenas que van de intensas a entretenidas en las que Edward y Jacob se enfrentan y el amor de Bella es puesto en duda. Hábilmente David Slade tomó las tonalidades frías de CREPÚSCULO (2008) junto a la calidez fotográfica de THE TWILIGHT SAGA: NEW MOON (2009) y las une en un solo film ayudando a contrastar, junto con elementos narrativos y artísticos, los dos mundos presentados (el de vampiros y hombres lobos) para así darle más interés y conflicto a la decisión final de Bella: ¿Elegirá a Jacob para tener la normal vida de una mortal junto a su familia y amigos? ¿O se decidirá por el amor eterno de Edward? La respuesta la tendrán en LA SAGA CREPÚSCULO: ECLIPSE. Pero no se dejen engañar por las apariencias. Aunque sigue contando con las peores cualidades de la saga, el film logra entretener, posee un guión con pocos altibajos y con una estructura narrativa más cinematográfica que al fin logra alejarse de la de un libro, y un final mucho mejor que el de sus predecesoras. La dirección de Slade, sus efectos especiales superiores y una historia mejor adaptada dan como resultado una buena mixtura de los temas que definen a la saga: el amor adolescente, el melodrama conservador, la mitología de los vampiros, las leyendas indígenas, las diferencias definidas por la atemporalidad, los tratados, los clanes y, por supuesto, la inmortalidad. Puede ser que, como muchos, también exclamaste a los cuatro vientos “¡No podéeees!” cuando Edward le dice a Bella que recién después de casarse consumirán su amor (guiño, guiño) en esa vergonzosa escena, pero no hay duda que esta injustamente exitosa saga al fin recibe su primer rayo de sol. Y eso solo puede significar una cosa: El amanecer ya viene.