Con una mezcla de thriller y cine de terror, llega Ecuación, los malditos de Dios, un film que retoma algunas viejas ideas y las vuelca en una trama corta con buen clima pero un tanto previsible.
Hermes Vanth es un doctor que empieza a verse rodeado de diferentes hechos trágicos que terminan en muerte. Y cuando estos se suceden, siempre en la escena, Hermes ve a un hombre, un viejo que lo observa. Mientras él va tratando de hilar cabos, presencia la muerte de su novia Ana. Y nuevamente en esa situación, el viejo se hace presente. Desesperado y enojado, Hermes se lanza a una investigación sobre este enigmático personaje que lo llevara a antiguas leyendas que provienen de los tiempos de la escritura del antiguo testamento, pero a medida que más investiga, más cerca de él parece encontrarse esta figura siniestra.
Aunque la trama podría parecer interesante e innovadora, el film tiene desde el principio la tendencia a volverse un producto más bien enlatado, siguiendo fórmulas que lo hacen más una serie de televisión que una película. El comienzo se desenvuelve demasiado rápido creando un clima catastrófico que no termina de generar en el espectador un anclaje tal como para que la intriga se dispare.
Las actuaciones son buenas (aunque a Carlos Echevarria se lo ha visto mucho mejor dirigido), pero son las áreas técnicas donde Ecuación, los malditos de Dios sobresale por su buen clima. Tanto el arte como el sonido están al servicio de contar más de lo que la trama nos ofrece y sobre esos silencios, paredes y símbolos religiosos el espectador se compenetra más con los problemas del personaje.
La historia es más bien predecible y poco queda para que el espectador descubra a medida que el personaje va desenvolviendo la trama, que tiene muchas reminiscencias a libros como El código Da Vinci y demasiados puntos en común con películas como Moebius, que todavía sigue siendo considerada uno de los más importantes thrillers de la nueva generación de cine argentino.
Ecuación, los malditos de Dios es una película que se deja ver, pero que queda en el medio entre el cine de terror que puede interesar a algún público y un thriller genérico que no sobresale, un film que mirándose sin muchas pretensiones se puede disfrutar.