La polilla de la yeta
Si se permite utilizar una analogía para abordar los pro y contras de Ecuación, los malditos de dios (2016), segundo opus de Sergio Mazurek, sería apropiado el de un partido de tenis donde se cuentan luego de cada set errores forzados y no forzados. Claro que hacer cine de género lejos estaría de emparentarse con un partido más allá que la dinámica de la pelota que va de un lado al otro, tratando de no quedar en la red o picar afuera se emparenta bastante con un desafío de estas características, porque hacer cine de género implica conocer reglas, ser creativo y sobre todo mantener una lógica en el relato.