El miedo a lo conocido
La "controvertida" película del británico James Watkins no es más que un efectivo ejercicio de cine de terror.
Jenny es una simpática maestra y Steve, su novio atlético y aventurero. Apenas empieza Eden Lake, Jenny se sube al auto de Steve para una pequeña aventura de fin de semana: ir de camping por unos días a un bonito lago a unas horas de Londres.
Pero pronto empiezan los problemas. Paran en un hotel impresentable, los locales no parecen muy amables y el lago está a punto de convertirse en parte de un barrio privado. Pero eso no es nada: lo peor llegará cuando estén tomando sol y un grupo de chicos de 12 a 16 años se les plante a cien metros poniendo rap a todo volumen.
Comentario va, reacción viene, irritación aquí, fastidio allá: el asunto concluye en una pelea en la que Steve, por accidente, mata al perro de Brett, líder de la pandilla. Y el asunto pasa a mayores: los chicos le robarán el auto y la escalada de agresiones hará que la pareja viva un infierno que deja a La violencia está en nosotros o a Funny Games como ñoñas.
Es que Eden Lake juega a dos puntas. Por un lado abre las puertas a un drama social violento, a lo Perros de paja, pero por el otro apuesta a recursos clásicos del cine de terror duro de películas como El loco de la motosierra o más recientes ejemplares de "porno-tortura", con escenas para taparse los ojos ... por un buen rato.
Como filme sobre un tema conflictivo -como es en Gran Bretaña la violencia infantil-, Eden Lake se cubre por todos los costados. Muestra a algunos niños terroríficos, pero a otros que actúan bajo presión. Y la pareja tampoco es un dechado de virtudes: se conduce con la banal superioridad que les da su clase. Lo mismo las familias de los niños: el director no quiere que nadie venga por su pellejo.
Sin embargo, eso no quita que explote un miedo social en busca de morbo. Hay quien encontrará a eso moralmente repulsivo y otros que preferirán centrarse en lo bien o mal que Watkins ejecuta sus ideas. En este sentido se puede decir que, si bien el filme requiere de un alto grado de credulidad (Jenny y Steve cometen un error tras otro), es innegable que la tensión se siente y que por momentos llega a ser bastante inquietante.
Ni obra maestra ni película repulsiva: Eden Lake es una de terror pasable que genera miedo sin más elementos que unos chicos, unas bicis, un bosque laberíntico y varios elementos, ay, cortantes.