Alfredo Stroessner gobernó al Paraguay con puño de hierro durante 35 años, misma cantidad de tiempo que lo hiciera con métodos similares Francisco Franco en España. Trascurrida entre 1954 y 1989, la dictadura paraguaya fue más larga de Latinoamérica. Para sacar a Stroessner del poder parecía no quedar otra opción que matarlo. Uno de los que lo intentó, aunque sin éxito (el dictador falleció recién en 2006, a los 93 años), fue Agustín Goiburú, quien pese a no lograr su cometido fue considerado el opositor político más importante del régimen.