De Adrián Biniez conocíamos su largo “Gigante”, que fue sorpresa en Berlín hace algunos años. Este nuevo largometraje cuenta la historia de un muchacho de 35 años (Esteban Lamothe), futbolista de Talleres de Remedios de Escalada, que llega al final de su carrera, todavía joven, con buen laburo detrás pero sin haber saltado a las grandes ligas del deporte. La historia es menos sobre el fútbol que sobre el paso y el uso del tiempo, y también, sobre todo, una historia de amor entre este hombre y su mujer (Julieta Zylberberg). Lo que logra Biniez es cierto tono medio, que no es ni completamente comedia ni completamente drama, donde las emociones de los personajes aparecen sin esfuerzo. Como pasa en las buenas películas –porque esta es una buena película–, seguimos a estas criaturas sin notar las costuras.