“El abogado del crimen” es una película diferente. No solo para Ridley Scott, sino también para los parámetros recientes del cine de Hollywood. Mucho mas reflexiva que narrativa, poética que dramática, no tan interesada en crear acción y suspenso como en analizarlo, en cierto modo responde muy fielmente al universo de su guionista, el gran escritor Cormac McCarthy, que hace aquí su debut escribiendo un guion original. Viendo el filme, da la sensación que McCarthy no ha hecho de la escritura de guion una practica diferente que de una novela. Y eso es lo que transforma a “El abogado del crimen” en una experiencia curiosa. Es como una novela filmada… sin un guion de por medio.
El dispositivo narrativo del filme es bastante clásico. Hay un abogado (Michael Fassbender) que necesita plata para pagar sus deudas e invierte su dinero en un cargamento de drogas desde México. El hombre tiene una bella novia (Penélope Cruz) que solo piensa en casarse con el. Hay un extraño intermediario con sombrero de cowboy (Brad Pitt) y una pareja bastante bizarra de criminales, que Javier Bardem y Cameron Diaz encarnan como si fueran criaturas salvajes recién liberadas del zoológico. Hay un cargamento de drogas robado. Sospechas. Traiciones. Muertes violentas. Narcos mexicanos. Y es mas o menos todo.
Pero la película va por otro lado.
counselor3Para empezar y alejándose por completo del estilo enérgico y multi-camaras que suele usar el director de “Thelma & Louise”, “El abogado…” es una pelicula plagada de escenas largas, de formato casi teatral y muy poco realistas, en la que los protagonistas circunvalan con sus palabras lo que esta sucediendo. Reflexionan sobre el mundo del crimen, analizan casi filosóficamente lo que es y lo que implica el hecho de “pasar del otro lado”, hablan de sexo y se cuentan curiosas anécdotas ligadas al tema, y miran animales perseguirse por el prado como si jugaran competencias de metáforas. Todo, en una serie de charlas que parecen estar hechas (y/o escritas) en un estado, digamos, químicamente alterado.
La estructura del filme seguramente provocara incomodidad y hasta irritacion a algunos espectadores, pero hay cierta belleza en los procedimientos. McCarthy y Scott deconstruyen el policial negro de frontera de una manera no tan diferente a la que Hampton Fancher y David Peoples hicieron lo propio con la novela de Philip Dick que dio forma a “Blade Runner”. Circulando alrededor del “noir”, ambos filmes optan por trabajarlo desde los márgenes, poniendo en primer plano las consecuencias de los actos en lugar de los motivos y los actos en si.
counselor2“El abogado del crimen” procede, como “Blade Runner”, como una serie de conversaciones tensas entre personajes que pueden o no estar engañándose entre si. Pero este filme incorpora de manera mas directa el universo de McCarthy, el creador de “Sin lugar para los débiles”: desolación, violencia, desesperanza. Si alguno recuerda ciertos diálogos de aquel filme (como el del final), sentirá que esta película se conduce por similares caminos: casi una elegía acerca de un genero y su forma de contar un mundo que ya no es lo que era.
Bardem y su pelo desatado, Diaz y su look mujer fatal (en el guion original el personaje era argentino, pero ahora es de Bahamas), Pitt y su cowboy de autor, la sexy y casi inocente Cruz, y un montón de muy buenos actores en roles ínfimos (Rubén Blades, Rosie Pérez, Edgar Ramírez, Bruno Ganz, Dean Norris) le van devolviendo paredes al “bueno” de Fassbender, que va sufriendo cada vez mas en tanto su rol en el juego del narcotráfico se complica y complica, con severas consecuencias avisadas de entrada pero olímpicamente ignoradas por el.
counselor4El suspenso crece, es cierto, pero no en la forma habitual. Si uno no termina de engancharse con el tono lento y poético de la película, puede detenerse en su evolución narrativa. Pero tampoco encontrara muchas convenciones respetadas en ese aspecto. McCarthy no quiere –o no sabe- apegarse a la lógica del thriller clásico y pasa de mas de una hora en la que sucede muy poco en términos narrativos a una media hora final donde suceden muchas cosas pero resultan muy complicadas de entender. Quien engaña a quien? Por que? Quien maneja los hilos? Como? Allí también director y guionista parecen decir: no hacen falta muchas explicaciones, ustedes saben como son estas cosas: hay (anti)héroes, villanos y barreras que, cuando se cruzan, no se pueden descruzar sin perder la cabeza en el intento…
Es cierto, uno sabe. Uno vio incontables thrillers de tramas similares. Y es apreciable (hasta admirable) que dos grandes nombres como son los de McCarthy y Scott, un elenco archifamoso y un estudio major hayan apostado e invertido mucho dinero en una película tan inusual, oscura, grave, narrativamente confusa. Lo cual no quiere decir que estemos ante una obra maestra ni mucho menos. “El abogado del crimen” (titulo genérico, intercambiable, que le viene muy bien al estilo del filme) es una muy buena apuesta cinematográfica, con grandes momentos (un par de violentos crímenes se apoyan en ideas bastante originales, y una escena de sexo entre Cameron Diaz y… un auto es de antología) y otros menos logrados, que seguramente no quedara en la historia pero que, sin duda, se encuentra entre lo mejor que ha hecho el director en la ultima década. Un regreso a sus orígenes, “El abogado del crimen” esta mas cerca de “Los duelistas” y de “Alien” que de el 90% de las películas que el director ingles hizo desde entonces.