Una muy interesante película israelí sobre el acoso laboral de la realizadora feminista Michal Avid que elige una aproximación al problema que produce la tensión de un thriller psicológico pero que refleja profundamente las secuencias de lo que ocurre con la víctima y el victimario. Es una situación de acercamiento al problema de manera lenta. Donde la mujer queda atrapada, primero pensando que podrá frenar y dominar la situación. Segundo porque el trabajo es el que desesperadamente necesita ante la casi bancarrota del negocio de su marido y las necesidades económicas para mantener a su familia. El abusador tiende su telaraña y a atrapa a su víctima, con avances, rechazos, regalos, ascensos, sorpresas. Pero nunca cejara en su acción, el ataque llegará en una escena escalofriante. Y la mujer atrapada, se sentirá con culpa, pensará, como le confiesa a su madre, que cometió un error, comunicará mal lo que ocurrió a su marido. Ese estudio del manejo del lenguaje que refleja con exactitud lo que ocurre con una mujer abusada a la que el mundo interroga con rudeza, es lo mejor de un film sin estallidos, con dolores profundos y un final sorprendente y liberador. La directora y coguionista junto a Sharon Azulay Eyal y Michal Vinik, conto con grandes actores, en especial esa protagonista encarnada por Liron Ben-Shlush, que maneja todas las capas de complejidad que requiere su personaje.