Licencia para matar
A pocas semanas de haber tenido el estreno de la última Misión: Imposible y de ver pronto otra de Bond, llega El agente de C.I.P.O.L. (The Man from U.N.C.L.E), otra película adaptada de una serie de TV sobre espías, y que se emitió por la cadena NBC desde septiembre de 1964 hasta enero de 1968, por lo cual para muchos puede resultar bastante desconocida. La serie fue creada por Metro-Goldwyn-Mayer y durante 105 episodios podíamos ver a los dos espías pertenecientes a una organización internacional: el estadounidense Napoleón Solo (Robert Vaughn) y el georgiano Illya Kuryakin (David McCallum). Ian Fleming, el creador de James Bond, contribuyó a la concepción de la serie, por lo cual no es descabellado encontrar similitudes con el agente secreto 007.
En 2015 llega la película dirigida por Guy Ritchie, quien trae a la pantalla grande una nueva versión. En esta oportunidad protagonizada por Henry Cavill como Solo y Armie Hammer como Kuriakyn. A quienes se le suman Hugh Grant como Waverly (el británico a cargo de C.I.P.O.L.), Alicia Vikander como Gaby y Elizabeth Debicki como Victoria.
Y acá tenemos a nuestros héroes en un clásico de la guerra fría, dos desconocidos a quienes veremos sortear distintos obstáculos hasta que finalmente terminen formando la extraña pareja protagónica. Y el primer encuentro que podría ser algo menor, Guy Ritchie le da un marco brillante a partir de una escena de acción totalmente inolvidable, la cual ya nos marca el ritmo de todo el film: una trama con identidad propia, cargada de originalidad y con buena dosis de humor. Una escena clásica como una huida en lancha, el director la convierte en un hermoso delirio cómico.
Las libertades que se toman en cuanto a la adaptación de la serie original son funcionales al espectáculo que estamos viendo, y su soundtrack (ecléctico muy al estilo Tarantino) acompaña perfectamente cada una de las escenas y la cultura de la época de los '60: la escena de Solo en el camión es otra de las mejores del film, y donde justamente la banda sonora también es protagonista.
Por partes de los actores (Cavill y Hammer), no podemos pedir más: dan con el fisic du rol de ese tipo duro pero a la vez simpático, que a primera impresión puede caerte mal y llevan adelante logradas escenas de acción y comicidad. Y un párrafo aparte para Alicia Vikander, cuyo papel como la hija del desaparecido científico alemán a quien utilizan para infiltrarse en la organización criminal, es el único que posiblemente le haga sombra a nuestros dos héroes.
El agente de C.I.P.O.L. llega para darle un nuevo aire a las películas de espías (como sucedió el último tiempo con Kingsman) y revalorizar el trabajo de Ritchie, quien amado y odiado de la misma forma, nuevamente su trabajo no pasará desapercibido.