En esta última parte del año el cine argentino en general está pasando realmente un buen momento. A la seguidilla de buenos documentales como “Tierra adentro”, “Mosconi”, “Testimonios de una vocación” o “Ceremonias de barro” se le suman buenas ficciones en estas últimas tres o cuatro semanas como “El estudiante”, “Juan y Eva”, “El fin de la espera”, “Medianeras”, “Cerro Bayo” o “Rita y Li”. “El agua del fin del mundo” está, felizmente, instalada dentro de este grupo de realizaciones simples, bien contadas y bien dirigidas.
Con guión y dirección de Paula Siero narra la historia de dos hermanas, Laura (Guadalupe Docampo) y Adriana (Diana Lamas). Esta última padece una enfermedad terminal y le queda poco tiempo de vida. Al borde de la depresión total Adriana decide que quiere pasar sus últimos días en el fin del mundo (Tierra del fuego). Laura por su parte, se desvive por su hermana y no sólo trabaja para tratar de solventar el viaje; además su amor le permite absorber la negatividad y apuntalar el estado de ánimo cada vez que puede.
El guión transita por la profunda relación entre ambas y por un conflicto simple: Laura trabaja en negro y por un sueldo magro, Adriana no tiene ingresos, y ambas están en una carrera contra el reloj para poder realizar el viaje antes de que sea demasiado tarde.
Las guionistas incluyeron un personaje más del que no se desprende ninguna subtrama (ni hace falta). Más bien se presenta como una prueba de amor y fidelidad entre ellas, ya que se trata de Martín (Facundo Arana) componiendo a un hombre mitad bohemio, mitad alcohólico, del que, por supuesto, ambas mujeres se sienten atraídas.
“El agua del fin del mundo” tiene la saludable virtud de no incluir elementos desviadores de atención, pudiendo así llevar adelante el argumento de manera sencilla, y todo el texto cinematográfico es entregado a la excelente calidad interpretativa de Docampo y Lamas. Hay mucho de teatral en sus trabajos e imagino varias escenas en donde pudieron improvisar desde un lugar seguro y dejar buen material para la edición final.
Una interesante relación entre hermanas que nunca cae en el melodrama ni en el facilismo de los golpes bajos. Una buena opción para ver cine argentino.