Encuentro con el Diablo
La recreación del almuerzo de Jorge Rafael Videla con referentes de la cultura en 1976 y la desaparición de Haroldo Conti son los ejes de este film de Torre.
Javier Torre se mete con un tema espinoso: en mayo de 1976, poco menos de dos meses después del último Golpe Militar, Jorge Rafael Videla organizó un almuerzo en la Casa Rosada con distintas personalidades de la cultura nacional para señalarles la importancia de este área en su flamante gestión de facto. Allí estuvieron Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Horacio Ratti, el Padre Castellani y el General Villarreal, este último Secretario General de la Presidencia. La recreación de esos hechos, en paralelo con el secuestro del escritor Haroldo Conti, ocurrido un par de semanas antes, son el centro de El almuerzo.
El film comienza con la irrupción de un grupo comando en la casa del autor de Mascaró para saltar luego a los preparativos de los distintos invitados en las vísperas del almuerzo. A muchos de ellos, claro, se le acercan distintos conocidos suplicándoles que eleven sus pedidos por los desaparecidos a las cúpulas militares, permitiéndole a Torre lucirse con los peores vicios del cine testimonial y declamatorio de los años ’80, incluyendo a varios actores inmersos en personajes más cercanos a la encarnación de valores que a algo parecido a personas.
Sin embargo, debe reconocérsele a Torre su capacidad para sostener la tensión del almuerzo a fuerza de silencios incómodos y una impostación generalizada. Esto también funciona gracias al trabajo de Alejandro Awada, cuyas interpretaciones de Arquímides Puccio en la serie Historia de un clan y ahora de Videla lo convierten en el gran encarnador del Mal de 2015