Una de las temáticas más importantes que se trataron y se siguen tratando en Argentina es la referente a la dictadura militar ocurrida en nuestro país entre 1976 y 1983.
“El Almuerzo”, historia que decidió contar Javier Torre, se centra particularmente en el almuerzo llevado a cabo en mayo de 1976 entre el entonces Presidente Rafael Videla y los representantes de la cultura Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Horacio Ratti y el Padre Castellani. Es decir, que se tomó un nuevo enfoque de la ya tratada (pero que es necesario que así sea) temática de la situación nacional.
La película recrea la crudeza de una época en sus imágenes y la historia de la desaparición del poeta Haroldo Conti, las cuales se van intercalando con la presentación de las personalidades y el desarrollo del almuerzo en sí.
Utilizando un gran abanico de fuentes documentales, Javier Torre capta la esencia del evento. La presión e impresión de los representantes culturales por almorzar con un Presidente (y en este caso lo que implicaba Videla) y el miedo y la valentía para tocar ciertas temáticas, como las desapariciones que ya estaban ocurriendo.
Desde el respeto, se observan las actuaciones más que impecables de todo el elenco y una caracterización sorprendente de Alejandro Awada como Videla, Lorenzo Quinteros como Ernesto Sábato y, principalmente, Jean Pierre Noher como Jorge Luis Borges, que brinda una cierta frescura entre tanta tensión. El trabajo de maquillaje es sumamente destacable.
Básicamente, “El Almuerzo” dará que hablar por su tema de la dictadura (y despertará polémica entre la audiencia), por las actuaciones de sus protagonistas, por la calidad de su iluminación y el toque antiguo y setentoso que se le otorga, entre otros elementos. Es una película que nos invita directamente a la reflexión, al recuerdo y al debate, porque busca enmarcar esta época de una determinada manera y expone a los personajes en esta realidad.
Sin dudas es una película que todo argentino (y por qué no extranjero que se quiera interiorizar sobre dicho período) debe ver y compartir sus pensamientos con su círculo interno.