ARTIFICIOSA TRAGEDIA A´LLA ITALIANA
La acción de "El amante" se inicia en una despampanante mansión burguesa: el hogar de la rica familia Recchi, donde se está preparando una cena de cumpleaños en honor del abuelo de la familia, quien, con un estado de salud muy precario, se prepara para delegar el mando de los negocios textiles familiares.
Esta primera y dilatada secuencia inicial sirve para dar a conocer a los protagonistas de esta familia, y sus relaciones; lo malo es que algunas de las cuestiones que se plantean en este inicio, poco desarrollo tendrán luego en el conflicto central.
Se destaca entre todos, Emma, la elegante jefa del hogar, que supervisa los detalles de la reunión. Es ella la que dominará luego la atención del guión y será la dueña del conflicto central, cuando ponga el ojo sobre un amigo de su hijo, impulsando el tono trágico que sobrevendrá en la última parte de la narración.
Nominada al Golden Globe 2011 como Mejor Película en idioma extranjero y al Oscar en la categoría vestuario, el filme del director Luca Guadagnino ha participado de las selecciones oficiales de los Festivales de Toronto y Venecia 2009 y del Sundance Film Festival 2010.
Con locaciones en Milán, Londres y San Remo, el filme significó un trabajo en conjunto de siete años para Tilda Swinton (protagonista y productora) y el realizador.
Lo más rescatable de esta cinta está relacionado con lo formal, especialmente con la excelsa fotografía de Yorick Le Saux y la (algo rimbombante pero magnética) música de John Adams; pero su uso indiscriminado termina desviando la atención del espectador, en vez de favorecer a empatizar con el estado anímico de los personajes.
Pareciera que el director estuvo ejercitando todas las posibilidades que pueda darle la cámara, desde los diversos tamaños de planos, las angulaciones picadas y contrapicadas arriesgadas y la enorme cantidad de movimientos coreografiados con grúas.
Plásticamente, la puesta en escena es de ensueño, muy atractiva y enormemente disfrutable; pero algunos aspectos están tan presentes, tan visibles, que genera cierto tedio, empachando sin concesiones.
La tragedia que se cierne sobre el final termina por coronar un filme extremadamente artificioso, donde pareciera que huelgan los diálogos en situaciones en que son requeridos, provocando algunas escenas pseudoartísicas y antinaturales.
El título original “Io sono l´amore” pareciera provenir del fragmento de la película “Filadelfia” de Jonathan Demme, que Emma mira con atención, cuando el personaje que hacía Tom Hanks en esa película escucha el aria "La mamma morta" por Maria Callas, que incluye esa frase.
Si bien es loable la predominante presencia y entrega actoral de la gélida Swinton (y la presencia de una ya mayor pero distinguidísima Marisa Berenson), este filme italiano peca de cierta soberbia y no alcanza a mantenerse a flote durante sus extenuantes 2 horas de duración.