Qué cosa es el amor, medio pariente del dolor
En el seno de una muy tradicional familia de la alta burguesía italiana, Emma (Tilda Swinton) es una rara avis. Sociabilizada con los años, aunque no asimilada totalmente, a causa de su matrimonio previsible y fructífero con Tancredi (Pippo Delbono), es una anfitriona perfecta y una madre dedicada. Pero en su interior languidecen los sueños rotos y anhelos de desestructura que ve, algo frustrada, realizarse en sus hijos. Su preferido, y el elegido para ser el sucesor de su abuelo, es Edoardo (Flavio Parenti); pero últimamente no está generando una buena impresión en la familia, ni hablar de los celos de sus hermanos.
Es gracias a Edoardo que Emma llega a conocer a Antonio (Edoardo Gabbriellini) y cuando este joven y excéntrico cheff demuestra ser un espíritu afín, no tarda en caer en la más clásica de las aventuras amorosas. Otra marca más en una trama familiar que lo tiene todo: secretos, sentimientos reprimidos, y una obsesión enfermiza por el status y el dinero.
Luca Guadagnino (responsable de la versión cinematográfica de "Cien cepilladas antes de dormir" de la precoz Melissa P.) intenta aquí brindar una película a la altura de un buen clásico. Lo hace buscando el efectismo de una puesta en escena ambiciosa, preciosísima fotografía, una estructura narrativa lineal y comprensible; incluso desde el diseño de los títulos iniciales, se puede intuír de qué va la cosa.
Lamentablemente y pese a sus innegables méritos técnicos, todo este esfuerzo sirve mayormente para realzar la enorme figura de Tilda Swinton, una mujer con todos sus dobleces y misterios a la vista que constituye casi la única gratificación para el espectador. Su Emma, solitaria pese a la aparente plenitud de su vida como matriarca de una poderosa famila, es la típica criatura de destino trágico que a fuerza de correr contra su naturaleza sólo contribuye a precipitar ese destino del que escapa. A su lado, el resto de los personajes (incluído el Antonio que interpreta Edoardo Gabbriellini, adecuada contraparte de Emma y su objeto de deseo lógico) palidece bastante, y sobre el final, el clímax es anticipado por un crescendo intenso que deviene inexplicablemente moroso, arruinando en parte el efecto de lo que podría haber sido un poderoso final para este drama familiar.
No obstante, teniendo en cuenta la falta de propuestas verdaderamente cinematográficas (de esas que nos hacen recordar cada tanto qué bueno que era el cine antes de la era de los candybares), "El Amante" es una muy buena opción para reencontrarse con la mística de la pantalla grande.