Una historia de amor que perdura en el tiempo, se mezclan los temas políticos con una mirada dulce y sentimental.
Argentina recibió una importante cantidad de inmigrantes procedentes de la Unión Europea, debido a la crisis económica y social, y más aún después de la guerra. Llegaron muchos italianos y españoles, también procedentes de: Polonia, Rumania, Bulgaria, además de portugueses y alemanes, todos en busca de trabajo y de otra vida mejor, algunos venían con su familia. Muchos de los adultos hablaban el idioma de origen (en un principio como para no perder su identidad), en cambio los niños intentaban dialogar en el idioma del país que los acogió.
Aquí la directora germano-argentina (69 años), nos cuenta la historia de amor entre Sulamit Löwenstein (Celeste Cid) de 13 años de edad, y Friedrich Burg (Max Riemelt) que se prolonga durante décadas. Ella es hija de inmigrantes judío-alemanes que escaparon de los nazis y él su íntimo amigo y vecino es hijo de un ex teniente coronel de la SS.
Ellos crecen en Buenos Aires en los años 50, y el problema surge cuando Friedrich descubre la verdadera identidad de su padre Rudolf Burg (Carlos Kaspar) y rompe los lazos familiares. A finales de 1960 decide irse a Alemania, participa de los acontecimientos de mayo del ’68, ella busca la posibilidad de ir tras de él.
Pero él no le ofrece un espacio al amor, es cuando Sulamit conoce a Michael, que la ama y la protege, y acepta que ella este enamorada de otro hombre. Friedrich Burg vuelve a Argentina y participa de la guerrilla para terminar preso en una cárcel en el sur. Y sigue pensando cuando salga continuará su lucha, como dice el lema “No te des por vencido, ni aun vencido”.
La directora no solo nos relata una historia de amor entre una joven judía y él procedente de una familia nazi, que logra ser emotivo, pero además va tocando distintas situaciones que ellos se enfrentan como: la guerrilla latinoamericana, la dictadura militar, los presos políticos, los desaparecidos, las Madres de Plaza de Mayo, las luchas estudiantiles europeas, la recuperación de tierras aborígenes, entre otros temas. Creo que al intentar tocar tantos temas los mismos se pierden al no poder indagar. Cuenta con sorprendentes actuaciones y una fotografía que junto a la música están acorde a los momentos que se desarrollan.
Esta es una historia fuerte, donde el amor juega un rol muy importante. Podría funcionar muy bien siendo una miniserie donde se podrían desarrollar las subtramas políticas y sociales.