La vida está en otro lado.
La ópera prima del argentino Alejo Flah, guionista de la serie Vientos de Agua y la película Séptimo, estrenada el año pasado, trata sobre Pablo (Ernesto Alterio), un guionista de cine a quien su productor (Luis Luque) le encarga escribir una película sobre una pareja de España. El personaje inicia el encargo pero va enfrentando algunos conflictos que hacen trastabillar su labor, cuando comienza a comprender lo difícil que escribir esa historia tras romper la relación con su mujer (Julieta Cardinali).
A medida que va trabajando en esa historia que desarrolla de forma paralela a la suya, el personaje esboza unas máximas sobre lo que debería contener o no una película de esas características. Y va construyendo con ello los relatos en torno a su vida y a la de los personajes de su película. Una comedia romántica dual sobre el amor-desamor de los 30 y pico.
El amor y otras historias es una película de esas que son para ir a ver acompañado y apostar con ella a la primera cita. Todo va bien, sale bien, queda bien. De impecable factura técnica, el film es sumamente redondo. Tanto que exacerba la cantidad de ficción. Pues hasta en eso, en la forma de hacer ficción, logra hacerlo quedar bien. Originalmente llamado Sexo fácil, películas tristes, no pretende otra cosa más que ser lo que es, un film cálido, pulcro, políticamente correcto, acorde a la buena vida burguesa de la clase media. Salir a la noche a ver una peli, pochoclos, besos, caricias, y a dormir. Sin conflictos, ni discusión posible. Tampoco reflexión, juego o sorpresa.
Esta película es uno de tantos intentos transatlántico de alcanzar el aclamado cine de industria que nutría en décadas anteriores al cine iberoamericano. Con pretensiones escasas de un cine que cumple con las expectativas de un público medio, que va a ver eso que quiere ver, y no espera otra cosa. Entretenimiento, salidas, apenas excusas. Porque eso también es cine. Y nada va a salir de esa pantalla, nada queda. La vida es algo más que esa leve hora y media de engaño. La vida está en otro lado.