Cuando la realidad se mezcla con la ficción
En El amor y otras historias, un guionista en crisis debe escribir un relato, donde los protagonistas sufren las vicisitudes emocionales de su creador.
Entre Madrid y Buenos Aires sucede El amor y otras historias. También la historia dentro de la historia.
Una es la de un guionista con problemas de creatividad quien, por encargo, escribe la otra, una que él mismo protagoniza estando en una crisis de pareja.
El hombre se llama Pablo Diuk (Ernesto Alterio), y no imagina --el espectador sí-- lo que le espera cuando su vida comience a transcurrir entre su realidad y la ficción que escribe, y todo al burdo dictado de una voz en off que le indica las características de la "comedia romántica tradicional, sin barroquismos ni experimentos, algo que sea capaz de capturar al gran público", que debe construir.
Algo de títulos clásicos --y no tanto-- del género en su versión norteamericana se encuentra entre los pasajes de esta cinta.
Tiene también rasgos similares a los de El crítico, la película de 2013, escrita y dirigida por Hernán Guerschuny, y protagonizada con efectividad por Rafael Spregelburd y Dolores Fonzi, donde un crítico de cine se veía preso de los mismos lugares comunes de los romances cinematográficos obvios que tanto denostaba.
La diferencia --de la idea general a los hechos-- la establecen el despliegue de producción y el paralelismo realidad-ficción que genera enredos y las actuaciones de un elenco bien engranado, que cuenta en su sección argentina con Julieta Cardinali, Luis Luque y Mónica Antonópulos, y en la española a Quim Gutiérrez, Marta Etura, Luis Luque, Carlos Areces, Bárbara Santa-Cruz y María Alché.
Flah --guionista del policial Séptimo, y de la serie hispanoargentina Vientos de agua, con Alterio y Etura en el reparto-- expresó en sus notas de promoción que "en el género, lo jugado es renunciar al cinismo, al camino del intelectual que no se involucra. Mi expectativa era generar emoción".
Lo buscado está. Se logra el objetivo.