El caso de Robledo Puch es llevado al cine bajo la dirección de Luis Ortega, quien se toma algunas licencias “poéticas” para representarlo.
Carlitos (Lorenzo Ferro) es un adolescente que vive su vida de la forma que quiere: realiza robos menores, aunque económicamente no necesita dinero. El disfrute que siente cada vez que efectúa un delito se vuelve completamente peligroso cuando conoce a Ramón (Chino Darín) y a su familia, quienes lo inician en un camino que no tiene retorno.
El ángel (2018) es una película que incomoda por el simple hecho de estar protagonizada por un asesino real, condenado a cadena perpetua. En ese sentido, sorprende el enfoque que eligió Ortega para retratarlo, dado que aliviana un poco la tensión concediéndole ciertos valores al personaje principal.
Aunque por ningún motivo se pueden justificar sus acciones, ni tampoco el film pretende hacerlo, lo que refleja son sus comienzos en la delincuencia y varios de los delitos, sin recurrir a la morbosidad en las escenas.
La década el ´70 está perfectamente recreada, tanto en la vestimenta como en los vehículos utilizados. Pero también la música cumple un papel fundamental en la construcción del clima de la época.
Lorenzo Ferro se inicia en el camino de la actuación con un personaje complejo por donde se lo mire. Su interpretación es excelente, al igual que la del Chino Darín. Los dos consiguen escenas que están a la altura de un relato que atraviesa al espectador, y son acompañados por un gran elenco de actores: Mercedes Morán, Daniel Fanego, Cecilia Roth, Luis Gnecco y Peter Lanzani.
El ángel le acerca a las generaciones jóvenes uno de los casos policiales más estremecedores de la historia argentina. Y aquellos que son más contemporáneos recordarán lo sucedido desde la mirada del director. Una película fuerte, muy bien realizada.