¿Creer? Mejor reventar.
Si tuvieron la chance de ver este año la excelente serie de HBO The Leftovers habrán apreciado lo que implica ese evento bíblico llamado el Rapto, un singular momento donde millones de personas desaparecen de la nada, vaya a saber uno a donde terminan. La serie exploraba muchas tangentes y el misterio de la desaparición era el menor de los interrogantes. El dolor y la desesperación de los restantes era lo que llevaba la serie adelante, adentrandose en la mente de cada uno de los personajes. Ahora bien, en el otro lado del espectro tenemos a Left Behind, una remake de un telefilm del año 2000 basado en una larga saga de libros de corte apocalíptico religioso, que en vez de realzar la crisis de la situación, prefiere señalar a aquellos infieles que no son creyentes y que quedan rezagados en el horrible purgatorio que se desata en la Tierra.
Es increíble lo que ha logrado el director Vic Armstrong: hacer un apocalipsis aburrido. Y no sólo porque la trama está plagada absolutamente con decenas de clichés religiosos, sino porque las situaciones -tanto en el aire como en tierra firme- se repiten una tras otra durante las casi dos horas de metraje. El esposo cuasi adúltero, el musulmán sospechoso, los saqueadores oportunistas, la drogadicta, todos los paganos que no creyeron en Dios quedan varados, culpándose entre ellos por la situación. Ni siquiera teniendo a Nicholas Cage, que es capaz de levantar una película en su espalda y volverla de tan mala buena, logra insuflarle su natural insanía en roles de este tipo. Se nota que firmó por el mero hecho de necesitar el vil metal y siquiera se molestó en darle un giro interesante a su piloto de avión.
Y si no se aburrieron con el drama en el aire, Chloe -la hija de Cage, interpretada por Cassi Thomson- se dedica a transitar de un lado a otro buscando respuestas, peleando con su madre, una ferviente creyente -Lea Thompson, ¿qué has hecho?-. No molesta que una película con claros dejos cristianos se haga, si total el espectador promedio será un religioso que vea sus valores representados en pantalla, pero que dicha película sea aburrida para algún espectador incauto? Nunca. Cuesta creer que un film así haya llegado a las carteleras. De no ser por la poca chispa que le queda a Cage, la hubiésemos visto en el canal Space hace meses.