La religión es un tema personal para cualquiera. La presencia o carencia de la misma es algo que heredamos mediante la educación que recibe cada uno en su casa, y conforme vamos creciendo nos planteamos cuál es su rol y su lógica dentro de nuestras vidas. El Apóstata es la historia de un hombre que lleva ese cuestionamiento un paso más lejos.
Historia de un cuestionamiento:
El Apóstata 2Gonzalo Tamayo desea apostatar (renunciar formalmente) de la Iglesia Católica, ya que no se siente representado por la misma. Aunque dicha intención es apenas parte de la verdad, ya que lo que desea es poder vivir su historia de amor con su prima, la cual se consideraría incestuosa. Con este punto de partida, Gonzalo buscará por todos los medios retirar su certificado de bautismo de los libros de la Iglesia, quienes no darán el brazo fácilmente a torcer.
En estos tiempos de corrección política, y por lo delicado del tema que plantea, la propuesta de El Apóstata es una muy valiente por lo menos en su intención. Quisiera poder decir lo mismo de su narración. Si bien el error no está en su estructura, lo posee en su desarrollo; el guion instala a las autoridades religiosas como un antagonista invencible, y no explota esa lucha como debería, eligiendo desarrollar subtramas, que si bien dicen cosas sobre el personaje, no guardan concordancia con el conflicto principal. Una lástima, ya que las escenas donde el protagonista se rebela ante las autoridades religiosas están entre lo más logrado de la película.
Sería errado decir que El Apóstata va a sacudir los cimientos y las creencias de los que crecimos con una religión heredada. Lo que sí voy a decir que es una lástima que un guion tan clásico en su estructura, y con una historia tan atractiva sobre un hombre que lucha contra un enemigo que lo supera, elija no desarrollar esta confrontación. Las subtramas son importantes, pero si el título de tu película hace referencia a su conflicto, es tu deber sacarle todo el jugo que puedas. Es una propuesta valiente, pero parcial, y te deja pensando que hubo más conflictos de los que nos dejaron ver.
Por el costado actoral, Álvaro Ogalla (también uno de los guionistas de la película) entrega una labor interpretativa sobria, y por lo tanto decente; con una expresividad lo suficientemente funcional al relato.
El costado técnico, para tratarse de una película independiente, sorprende por su riqueza estética. La fotografía tiene en muchas ocasiones composiciones de cuadro haciendo énfasis en la percepción de profundidad como herramienta narrativa. Este detalle es complementado por una dirección de arte que elige implementar una paleta de colores otoñales. Si bien no es algo rimbombante o revolucionario, es algo que da gusto ver en un tipo de cine que habitualmente excusa su falta de atención en detalles así con la falta de presupuesto.
Conclusión:
Por lo arriesgado de su propuesta, El Apóstata no es una película para todo el mundo. No tanto por sus declaraciones sobre la Iglesia Católica, sino por las decisiones narrativas que termina tomando. Si bien posée sobriedad en el rubro interpretativo y exquisitez en el rubro técnico, su historia no desarrolla el conflicto tanto como uno desearía, y eso a la postre termina jugándole en contra.