Ganadora de la competencia argentina en el festival de cine de Mar del Plata, esta es la historia de Pablo, un aprendiz de cocina en Necochea que lidia con una madre alcohólica y depresiva y juega con la delincuencia de pequeña escala, junto a un grupo de amigos poco recomendables con los que merodea los suburbios industriales de la ciudad en un auto colorado. Huele a espíritu del nuevo cine argentino, desde El bonaerense a Pizza, birra y faso, sí. Pero sin una búsqueda de lo nuevo, en lo formal o argumental, ofrece un relato que atrapa, con la tensión que suma el policial, y un muy buen trabajo de su protagonista, Nahuel Viale. Una buena ópera prima.