Estallido
La opera prima de Tomás de Leone, posee un pulso narrativo marcado por la tensión que el protagonista percibe tanto en su entorno como internamente, ante un espiral vertiginoso que lo envuelve en situaciones que no quiere.
Dalesio (Nahuel Viale) busca dentro del pequeño universo en el que se encuentra, alguna luz entre tanta oscuridad. Su vida, va de tratar de ganarse honradamente el dinero como aprendiz de cocina para ayudar en su casa, a noches de turbios asuntos que nunca termina por comprender del todo. Si bien encuentra en una mujer (Malena Sanchez) algo de afecto y contención, Dalesio debe también controlar constantemente a su madre (Mónica Lairana), un ser que termina por transformarse imperceptiblemente en algo así como su hija.
La cámara acompaña su derrotero, que comienza en una fría noche dentro de un vehículo casi hecho chatarra, en el que espera a sus compañeros para que le den algo de dinero de los pequeños robos. La elección del director por mostrar la noche en contraste al día, también marca los dos tiempos en los que se maneja el relato. Por un lado, una puesta con cámara en mano y nerviosa, por el otro, la tranquilidad e inercia de planos fijos.
“Siempre que te pido un pucho me los pasas encendido”, le dicen en una escena a Dalesio, y en esa simple frase, se pinta por completo al personaje, un hombre que se brinda a los demás con una actitud de servicio única, sin pedir nunca nada a cambio hasta que las circunstancias lo superan.
Tomás de Leone logra un relato sólido y verosímil que potencia la simple idea disparadora, apoyado en la notable actuación de Nahuel Viale, que compone a su Dalesio con una naturalidad única, y la participación secundaria de figuras como Mónica Lairana y Malena Sanchez, contrapuntos perfectos para que la progresión narrativa funcione. Los diálogos frescos, libres de prejuicios y pudor, reposan en la mirada de acciones simples que gestan la épica del joven y componen el drama de cada personaje.
El aprendíz (2016) es una historia que atrapa desde el primer instante por el carisma de las interpretaciones, pero también por su notable dirección.