Un asesino tan frío como el invierno
Durante las dos primeras secuencias de este thriller conspirativo a sangre y fuego, se podría decir que el ex agente de la CIA que interpreta Pierce Brosnan tiene un par de días realmente difíciles en la oficina.
El prólogo es tenso y plantea la relación entre el experimentado protagonista y un joven agente al que está evaluando. La situación es un posible atentado en Montenegro, donde crece la tensión y todo culmina de manera sangrienta.
Inmediatamente la acción avanza un lustro, con Brosnan ya retirado, pero convocado de urgencia para una misión dfícil que lo requiere de modo imprescindible. Debe extraer a una doble agente en Belgrado, dado que tiene data esencial sobre el posible próximo presidente ruso, y por motivos entendibles la agente no confiaría en ninguna otra persona.
La crudeza de lo que sigue es lo que le da una intensidad y dramatismo especial a este film, donde en momentos como este el veterano Roger Donaldson muestra todo su talento para la acción, el suspenso y las imágenes formidablemente filmadas y montadas para que cuando la violencia explote, explote en serio.
Basada en "There Are No Spies", séptima novela de Bill Granger sobre el agente Peter Deveraux, la trama hace que todo el mundo quiera liquidar al personaje de Brosnan, decidido a exponer el pasado genocida y violador del candidato ruso, y sobre todo a la participación de la CIA en su ascenso al poder, lo que incluye retomar su relación con aquel aprendiz que ahora es uno de los más implacables asesinos de la agencia.
Más crudo que el James Bond que Brosnan componía en los tiempos de "Goldeneye", el actor y en este caso también productor le da matices interesantes a su personaje, en tanto que el aprendiz del título es un aceptable Luke Bracey, desdibujado por la atención relativa que la película le da al duelo entre su personaje y el de su antiguo maestro, que debería ser el punto principal de la historia, pero que va y viene en medio de otros elementos, incluyendo muchos que parecen de un catálogo de lugares comunes del cine de espías.
Con todo, Donaldson aprovecha cada esquicio para concentrarse en darle adrenalina al conjunto, con al menos media docena de secuencias fuertes que recuerdan algunos de sus mejores trabajos, como "Sin salida" y "Especies".
La atención a detalles obvios y poco imaginativos resta puntos, sobre todo hacia el desenlace, lo que es una pena ya que por partes "El aprendiz" casi parece un muy buen thriller. Esta es la primera aparición en la pantalla de Deverax, un personaje interesante con muchas novelas a filmar a partir del primer libro, justamete llamado "The November Man", en referencia a un asesino casi tan frío como el invierno.