Complot internacional
Pierce Brosnan sigue su recorrido fuera de EE.UU., en este caso llega al este europeo para protagonizar un thriller de acción de nivel medio, donde se lucen las estrellas de la zona en una trama bastante trillada, en la que abundan los estereotipos.
Luego de una misión que trajera daños colaterales por culpa de su compañero y aprendiz David Mason (Luke Bracey), Peter Devereaux (Pierce Brosnan) se retira de su oficio de agente de la CIA y refugia en un pequeño negocio gastronómico en la costa suiza. Años después lo visita un ex colega Hanley (Bill Smitrovich) y le pide que rescate a la única persona con quien tuvo una relación sentimental, además de laboral. Devereaux acude y termina envuelto en una conspiración entre la CIA y el gobierno Ruso para darle crédito económico a terceros, vinculados con otro suceso fallido de su juventud. Sólo restará huir, ayudar a una testigo, y solucionar el conflicto antes de ser capturado.
El aprendiz (The November Man, 2014) sigue la trama del fugitivo enmarcada en una intriga de espionaje en la actualidad (¿La política de Putin reaviva estos relatos?). Los dobles agentes, los falsos emisarios y varias mujeres tan atractivas como asesinas, serán de la partida. Claro que no faltarán los personajes de color, estereotipados por cierto, como el informante, la chica inocente a proteger Alice Fournier (Olga Kurylenko), y los policías engañados por el protagonista, entre otros.
El director es el experimentado Roger Donaldson, que ya había dirigido a Brosnan en Dante's Peak: La furia de la montaña (1997), y que hizo un par de clásicos de espionaje como Sin salida (No Way Out, 1987) y Trece días (Thirteen Days Which Shocked the World, 2000), ambas con Kevin Costner; y una de las mejores películas de Jason Statham El gran golpe (The Bank Job, 2008).
Brosnan se calza el traje de antihéroe violento que usa habitualmente Liam Neeson, y responde con eficacia. Un tipo pasado en edad para el trabajo pero especialista en la materia, cuyos conocimientos lo ubican siempre delante de su propio aprendiz. Pero el mayor defecto de la historia son sus excesivas vueltas de tuercas y finales anticipados, que en lugar de sorprender terminan por perder credibilidad en su trayecto final a la película.
Un producto apenas correcto, con postales del viejo continente (y algún que otro país cercano a la región), con el viejo James Bond en medio.