Viento del este
Diez años atrás, al poco tiempo de que su rol como James Bond quedara sin franquicia, Pierce Brosnan se aseguró los derechos del escritor Bill Granger, con la segura intención de reciclarse en un nuevo agente secreto. Así que ahora, con más arrugas pero el vestuario impecable (lo que se diría, un veterano con el glamour atado), Pierce es Peter Devereaux, agente retirado de la CIA a quien un viejo colega, aún en actividad, recluta para una misión delicada en Belgrado, Serbia, que involucra a un ex militar, candidato favorito para ser el nuevo presidente en Rusia. La trama involucra a Devereaux con David Mason (Luke Bracey), suerte de aprendiz suyo devenido enemigo, y Alice Fournier (Olga Kurylenko), protectora de una testigo clave en la Segunda Guerra Chechena. El aprendiz tiene los escenarios exóticos de un thriller de John Le Carré, espionaje volátil al estilo Tom Cruise en Misión imposible y un Brosnan áspero, mucho menos cerca de su Bond que del de su sucesor Daniel Craig. Plagado de convencionalismos y esquemas gastados, las actuaciones (y presencias) de Brosnan y Kurylenko no rescatan al film de su mediocridad.