Realizada por el artesano Roger Donadson (que tiene buenos films en su haber), arranca como miles de películas recientes: agente veterano en vacaciones (aquí, en general están retirados) llamado para una misión más, proteger una testigo (sexy). El duro en cuestión es Pierce Brosnan, pero podría ser Liam Neeson, Kevin Costner, Bruce Willis… ¿Es eso un problema? En absoluto: casi casi es un mérito. Liberados de la narrativa gracias a la previsibilidad (sabemos qué puede pasar pero nos sorprende cuando pasa, mérito de Donaldson) lo que nos atrae y nos involucra del film son sus personajes, su ritmo, sus imágenes. Su forma, en suma. Hay momentos que parecen rodados sin interés, de todas maneras, y otras donde la mirada sobre los personajes los carga de emoción. Aún siendo un film que no queda más que vagamente en la memoria, su visión es placentera.