Un film atractivo por varias razones: el director, Polo Zucca, recurre al costumbrismo, al estilo realista de los hermanos Taviani, dos equipos de fútbol de tercera división en Cerdeña, enfrentados a muerte. Dos pueblos, donde un empresario mafioso impone a su equipo, hasta que la llegada de una argentino habilidoso sacude las costumbres. Y otra historia que muestra el derrotero de un árbitro divo (desopilante) que lo pierde todo por corrupto, que termina dirigiendo esos equipos enfrentados. Muy simpática.