Jack Fuchs sobrevivió al Holocausto y vive en Buenos Aires. De rostro sereno, tono distendido y humor inteligente, permaneció prisionero durante años en campos de concentración, entre ellos en Auschwitz, y perdió a toda su familia en la Segunda Guerra Mundial. Pese al dolor, y luego de 40 años de silencio, Jack ofrece charlas y conferencias, recibe visitas y cocina para su familia y amigos. El director Tomás Lipgot tomó a este personaje para llevarlo a este documental concebido con enorme ternura y sólida emoción. Utilizando la animación e imágenes filmadas por el propio Fuchs como recursos, el film compone el retrato de un sobreviviente del genocidio nazi que, a sus casi 90 años, sorprende por su lucidez y su encantamiento.
A través de las palabras del protagonista cobran vida sus recuerdos de aquellos años de torturas y de horror, se destacan su valiente accionar en medio de la metralla, se refleja su tan esperada liberación y se remiten a su estancia en los Estados Unidos hasta que, en 1963, se radicó en Buenos Aires.
El documental nació a partir del libro El árbol de la muralla , que la psicoanalista y poeta Eva Puente escribió luego de incontables horas de conversación con Fuchs. En ese tiempo, la autora recogió sus palabras, y luego lo acompañó a Polonia, para recorrer los campos de concentración en los que estuvo encarcelado.
El film permite una enorme reflexión acerca de ese hombre de calidez extrema. Salpimentado con dibujos de gran calidad, este documental es una lección de vida de Fuchs que, con picardía, dice que no es conveniente arrojar cadáveres ensangrentados cuando se trata de explicar la tragedia del Holocausto. Ver esta película es, sin duda, un emocionado encuentro con alguien que supo transformar el dolor en optimismo.