Nadie sabía de qué iría este film, apenas algunas escenas se habían colado por la red; un drama de época, la extraña aparición de un dinosaurio, ¿nuevamente la presencia de la naturaleza como en otros films de Malick?. El gran interrogante pudo ser revelado.
Si, como es costumbre, la naturaleza está presente en film, no tan vital como en La Delgada Linea Roja o Días de Gloria (film cuya partitura de Ennio Morricone casualmente es el leitmotiv de Cannes previamente proyectado antes de cada film). La cámara de Malick se hace presente, con idas y venidas vertiginosas, una steadycam que va y viene constantemente, fluyendo entre personajes, situaciones, como muchas veces se destaca, consigue convetirse en un personaje más de importancia narrativa frente a la obra. Brad Pitt, Sean Penn, si, actores de esa talla. ¿Qué mas?.
The Tree of Life es de esas experiencias cinematográficas que no terminan de cerrar con una solo visión, uno de esos films a los que se necesita estar muy atento, inmerso, como ocurriese con Imperio de Lynch, una mínima desconección te deja fuera del fillm como para nunca poder volver a el, al menos en esta visión. La majestuosidad de escenas de Malick es característica, el film nos hace preguntarnos en varias ocasiones acerca de diversos temas, lograr un entendimiento y volver a repreguntarnos sobre el por que de la conducta humana. Pero esta vez, Malick va un poco más allá de las situaciones domésticas, un ámbito marcado y determinado, una estructura lineal, o un simple traslado cinematográfico de una novela cualquiera sea, el camino es dirigido hacia lugares no tan transitados en cine, al menos desde esta perspectiva sensorial, de análisis y concientización. Meternos con posibles situaciones paranormales, hablar del mas allá e inclusive la metafísica no es tara sencilla. Gran parte del encanto del film radica en que al igual que en 2001: Odisea en el Espacio de Kubrick, ambas comparten diseños del mismo realizador.